¿Cuándo he de llevar a mi hijo al podólogo?
En consulta muchas veces nos encontramos con dudas de mamis y papis porque le notan algo “raro” a su peque a la hora de caminar. La revisión de la pisada en pediatría normalmente no es hasta los 6 años y es cierto que en muchas ocasiones se hubiera podido actuar antes. Si se espera a la revisión de niño sano la mejora será menor que si el niño viene a consulta sobre los 3-4 años.
A partir de los 3 años ya existen signos de maduración de la marcha que nos permite a los podólogos hacer un estudio de la pisada completo. El niño ya completa las fases de la marcha y debería apoyar completamente el talón. A partir de los 8 años aproximadamente se establece lo que se puede llamar “la marcha adulta”. Por lo cual, la ventana ideal para hacer un estudio de la pisada sería entre los 3-8 años.
¿Qué me debería llamar la atención?
Para nosotras lo más importante es: ¿Notas que tu hijo se cae más que los demás?¿Lo ves torpe? ¿Se cansa mucho?¿Siempre te pide brazos?¿No quiere correr? ¿Observas una asimetría marcada en piernas o pies? ¿Tiene dolor?
Estas son las banderas rojas que te deberían alertar de que hay algo que revisar. Una asimetría siempre será motivo de consulta ya que eso indica que el cuerpo está creando una compensación.
Los niños son activos por naturaleza, si no es así, seguro que hay algo que se puede mejorar.
Normalmente lo que nos encontramos en consulta son:
Y antes de los 3 años… ¿no puedo acudir?
Por supuesto que sí.
Si hay una asimetría que te llama la atención, siempre se debe valorar.
Los dedos montados también se pueden tratar desde el momento que el niño comienza a caminar.
Valoraremos también los reflejos.
Cualquier problema en las uñas o en la piel se debe valorar en cuanto sea necesario. ¿No sabes cómo cortarle las uñas a tu peque? ¿Se le clavan?
¿Le has visto una dureza? Piensa que una dureza en un niño NUNCA es normal.
¿No sabes que calzado comprarle? Somos expertas en calzado infantil y podemos asesorarte sobre cuál es el calzado que más se adecúa a tu peque.
Siempre que algo te llame la atención, no dudes en consultar. Recuerda… ¡no hay que preocuparse pero sí que ocuparse!
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