Onicocriptosis o uña encarnada

Tratamiento de la onicocriptosis o uña encarnada

Es la incrustación de la lámina ungueal en los tejidos blandos adyacentes, también se denomina uña encarnada. La onicocriptosis es una de las enfermedades de la uña más frecuentes, estando su prevalencia en torno al 20 % de los pacientes con alguna patología del pie.

La herida que provoca la uña provoca dolor, inflamación e infección en los casos más evolucionados. Puede llegar a provocar hasta la aparición de tejido reparador excesivo o granuloma, que complica aún más la situación.

En ocasiones, cuando la presión de la uña es lenta y progresiva, en lugar de una herida se produce un callo o heloma periungueal. En estos casos, hay dolor al calzarse o simplemente con "el roce de las sábanas", pero normalmente no hay signos de infección ni granuloma. Estrictamente, no se trataría de una uña encarnada porque la lámina ungueal no se ha incrustado en las partes blandas circundantes, aunque exista dolor a la compresión o roce.

Para evitarlo, es necesario cortar las uñas rectas, sin quitar los bordes, hidratar los bordes periungueales con crema con urea y acudir periódicamente a la consulta podológica para realizar el tratamiento de quiropodia.

Existen dispositivos llamados ortonixias, que son sistemas que se colocan en la lámina ungueal y la encauzan, ayudando a disminuir su curvatura de ésta. En casos donde la lámina ungueal no es excesivamente gruesa y en estadios de onicocriptosis leve o moderado, es un tratamiento que da buenos resultados.

Cuando ya se ha producido la onicocriptosis, con inflamación, eritema e incluso infección, es necesario extraer la parte de la uña que provoca el problema, llamada "espícula". En casos de gran crecimiento del tejido circundante o en casos recidivantes, es necesario recurrir a la cirugía ungueal.

En la cirugía de la uña normalmente se elimina la parte de lámina ungueal que provoca el problema, se elimina la matriz de esa parte y, si es necesario, se reconstruye el tejido periungueal. La técnica a realizar se elige en función de la clínica.

Prevención

  • Evitar zapatos con puntas estrechas.
  • Utilizar calzado amplio en la zona de los dedos, respetando la amplitud tanto de alto como de ancho.
  • Realizar un buen corte de uñas, cortando las uñas rectas.
  • Mantener los pies limpios y secos.
  • Las personas con diabetes deben hacerse exámenes rutinarios del pie y cuidarse las uñas.
  • Acudir al podólogo en caso de observar alguna anomalía.

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