Al contrario de lo que nos decían nuestras abuelas, en los últimos años se está hablando mucho de que los niños no necesitan calzado hasta que no caminen. ¿Alguna vez te has preguntado el motivo? ¿Es real esta afirmación, o es una moda de las madres de hoy en día?

En 2007 Isabel Gentil García escribió un artículo titulado “niños descalzos igual a niños más inteligentes” en el que intentaba demostrar porqué los bebes pre-andantes no necesitan calzado. A continuación te dejamos las ideas principales.

Los primeros 18 meses de vida es cuando más cambios se producen a  nivel de neurodesarrollo y el ambiente en el que se desarrolla el niño contribuye a un buen crecimiento neural, estimulándose a través del juego y el movimiento para favorecer la habilidad y la destreza.

Los pies del recién nacido tienen una sensibilidad táctil mucho más fina que la de la mano y se mantienen así hasta los 8 ó 9 meses de edad. Esta es la razón por la que los primeros meses de vida el bebé usa sus pies para informarse del mundo exterior: trasmiten temperatura, diferentes texturas y finalmente  los pies acaban en la boca, dónde los receptores sensitivos son mayores.

Poco a poco el pie irá perdiendo esta sensibilidad para dar paso a la  sensibilidad propioceptiva. Coger con sus manos sus propios pies proporciona conciencia sobre su propio cuerpo, nuevas sensaciones y por ello mayor desarrollo cognitivo.

La planta del pie del niño debe de estar en contacto con diferentes texturas y superficies irregulares para estimular las sensaciones cinestésicas y los reflejos posturales.

Antes de empezar a caminar, el niño ha necesitado esta información que recibe de la planta del pie y articulaciones para poder coordinar movimientos y equilibrio.

En conclusión, poner zapato a tu bebé impide recibir todos estos estímulos necesarios para el desarrollo además de añadir peso que impide todavía más el movimiento de pies y piernas.

Si quieres saber más sobre el tema te dejo aquí el link al artículo completo: