El término "Hallux Limitus" se refiere a una limitación en el movimiento del dedo gordo del pie, también conocido como hallux. En condiciones normales, el dedo gordo debería tener una amplia amplitud de movimiento en la articulación metatarsofalángica, necesaria para realizar el despegue en la útima fase de la marcha.

Sin embargo, en casos de Hallux Limitus, este movimiento se ve reducido o limitado, generalmente debido a una degeneración o mal funcionamiento de la articulación. Esta limitación puede ser causada por diversas condiciones, como la artritis, traumatismos en la articulación, predisposición genética, o el desgaste crónico debido a factores biomecánicos o estructurales del pie.

• Los pacientes con Hallux Limitus pueden experimentar dolor y rigidez en la articulación del dedo gordo, especialmente durante la actividad física o al caminar.
• La limitación del movimiento puede observarse durante la evaluación clínica, y las radiografías pueden ayudar a confirmar el diagnóstico al revelar cambios degenerativos en la articulación.

La disminución de la flexión dorsal a nivel de la articulación metatarsofalángica provoca un defecto en la propulsión así como dolor al realizar este gesto.

Podrían identificarse, cuatro grados dentro de la patología:

• Grado I: La movilidad de la articulación es normal en descarga pero aparece limitación al ponerse de pie y, sobre todo, al caminar. En este grado, también se le conoce como Hallux Limitus funcional.
• Grado II: Hay limitación en la movilidad también en descarga. Puede haber signos radiológicos de afectación ósea de la articulación. Aparición de dolor leve.
• Grado III: Mayor limitación de la movilidad y signos claros de degeneración articular (artrosis) en la radiografía. Existe dolor a la palpación y movilización de la articulación.
• Grado IV: Hay rigidez total en la articulación y signos de anquilosis  en la radiografía. En esta fase también se llama Hallux Rigidus.

El tratamiento del hallux limitus en el ámbito podológico puede variar según la gravedad de la patología, pero algunas opciones comunes incluyen:

1. Calzado Adecuado: Recomendar calzado con suficiente espacio para el dedo gordo y soporte adecuado para reducir la presión sobre la articulación.
2. Ortesis Personalizadas: El uso de ortesis personalizadas puede ayudar a corregir problemas biomecánicos y redistribuir la carga de manera más equitativa, aliviando así la presión en la articulación afectada. En la mayoría de los casos, en estadíos leves, el tratamiento con plantillas es muy efectivo.
3. Ejercicios y movilización: la realización de ejercicios específicos pueden mejorar la movilidad y reducir el dolor de la articulación.
4. Medicamentos y Tratamientos Inyectables: En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos antiinflamatorios o infiltraciones locales para aliviar el dolor y la inflamación.
5. Cirugía: En casos graves o cuando las opciones conservadoras no brindan alivio, se puede considerar la cirugía para reparar o reemplazar la articulación afectada. En este caso es necesario estudiar la historia clínica del paciente y planificar la técnica quirúrgica que más se ajuste.